Dos compositores me atraen por su diferente forma de intentar perdurar en el tiempo.
El primero es Philip Glass. Su imagen mediática es consonante con su prolífica producción. A veces su empleo insistente de los mismos recursos me decepciona. Otras, su música es sutil, me envuelve e incita a un viaje. ¿No os parece que escuchar algunas de sus piezas al piano o la banda sonora de "The hours" es un acto íntimo?
El segundo compositor que contrapongo a Glass es Arvo Pärt. Su música religiosa roza el silencio. "Für Alina" o "My heart is in the Highlands" son contenidas, introspectivas. De nuevo, Pärt pide la complicidad del oyente.
Ni Glass ni Pärt son audiciones sencillas. Algunas piezas como "Koyaanisqatsi" o "Fratres" son atrayentes de inmediato, pero su apreciación progresa en el tiempo. Esa evolución que no cesa en nuestro cerebro encierra la clave de la perdurabilidad. Ambos compositores crecerán en el tiempo porque no escribieron para el instante.
El primero es Philip Glass. Su imagen mediática es consonante con su prolífica producción. A veces su empleo insistente de los mismos recursos me decepciona. Otras, su música es sutil, me envuelve e incita a un viaje. ¿No os parece que escuchar algunas de sus piezas al piano o la banda sonora de "The hours" es un acto íntimo?
El segundo compositor que contrapongo a Glass es Arvo Pärt. Su música religiosa roza el silencio. "Für Alina" o "My heart is in the Highlands" son contenidas, introspectivas. De nuevo, Pärt pide la complicidad del oyente.
Ni Glass ni Pärt son audiciones sencillas. Algunas piezas como "Koyaanisqatsi" o "Fratres" son atrayentes de inmediato, pero su apreciación progresa en el tiempo. Esa evolución que no cesa en nuestro cerebro encierra la clave de la perdurabilidad. Ambos compositores crecerán en el tiempo porque no escribieron para el instante.
1 comentario:
José Ignacio,
Tomo nota de tus sugerencias, ya que son, Pärt y Glass, compositores completamente desconocidos para mí.
Me gustaría creer como dices, que el filtro del tiempo es infalible en la tarea de separar el buen del mal arte. No puedo evitar sin embargo, que me aceche la duda de si es posible que una buena obra se pierda en el olvido.
Un abrazo,
Publicar un comentario